Bioshock Infinite Reseña

Nombre: Bioshock Infinite
Género: FPS (First Person Shooter, Shooter en primera persona)
Año: 2013
Desarrolladora: Irrational Games
Distribuidora: 2K Games

Historia
Tráenos a la chica y saldarás tú deuda. Booker DeWitt, detective privado estadounidense, se embarcará en una aventura en una ciudad de fábula: Columbia, la ciudad en las nubes. Con este pretexto tan simple, nuestro protagonista recorrerá esta fantasía volante, encontrándose por el camino muchísimo más de lo que esperaba de un trabajo tan sencillo.

Reseña
BioShock es una de las sagas por la que llevo babeando desde el primer juego. Para los que no estéis familiarizados, Bioshock siempre se ambienta en una ciudad en lugares prácticamente imposibles. Tanto en los dos primeros juegos como en este tercero, el pretexto de estas ciudades es alejarse de ideales que afloraban en la superficie. En los primeros, Rapture era una ciudad submarina que se alejaba de las consecuencias de las guerras mundiales, la democracia y el comunismo. Bioshock Infinite nos pone en un papel totalmende distinto, ya que la ciudad está hecha en respuesta a la liberación de los esclavos tras la guerra de secesión. Tendremos la maravillosa oportunidad de disfrutar de una recreación aérea de los Estados Unidos del racismo y la religión. Como no podía faltar en un título de Bioshock, nos enteraremos de las razones de la construcción de la ciudad hasta su más mínimo detalle.

Pero no os creáis que la historia de este juego termina ahí, el descubrimiento de esta increíble ciudad es solo el respaldo de una historia principal genial muy buena, como nos vienen acostumbrando en las anteriores entregas. El final da mucho que pensar, incluso sobre el mundo en el que vivimos. Una experiencia impresionante en todos los sentidos.

El sistema de combate ha cambiado desde títulos anteriores. Anteriormente nuestros protagonistas disponían de todas las armas que pudieran recolectar en estas “mochilas infinitas” típicas de los shooter. En este caso el sistema es igual a Halo, las armas se recogen y puedes llevar como máximo dos, añadiéndole cierto realismo al asunto. Otro cambio ha sido que han añadido el típico escudo que absorbe daño y se regenera con el tiempo, aprovechando las mecánicas clásicas de los shooter de buscar refugio en un tiroteo. El sistema de plásmidos es parecido al que teníamos en Bioshock 2, pero con un cambio de nombre. Seguiremos usando un arma con el botón izquierdo del ratón y estos poderes con el derecho, solo que en vez de plásmidos y eve, tenemos vigorizantes y sales. Al fin y al cabo es lo mismo, poderes genéticos sobrenaturales cercanos a la magia.

Como no podía faltar en bioshock, los superenemigos que teníamos antes (Big Daddies y Big Sisters) han sido substituidos por los patriarcas, Handyman y bomberos. Cumplirán su papel y los superará en variedad, dando el toque de dificultad al juego.

Luego tenemos a la chica que vamos a rescatar, Elizabeth (parecidos a Bella?). Me sorprendió el enfoque que le dieron a este NPC, ya que en ningún momento del juego se vuelve una carga. Además tiene reacciones muy humanas y te ayuda en mitad del combate con munición y botiquines. Una maravilla.

En aspectos más técnicos, los entornos son maravillosos, todo un espectáculo visual. Esta majestuosa ciudad flotante asombra por su lujo de detalle, por la definición de cada rincón y cada uno de los personajes. Es uno de esos juegos en los que te entran ganas de recorrerte de punta a punta solo por no perderte nada y hay ciertas escenas ocultas que merecen mucho la pena ver. La música es, como acostumbran, acertada.

Quizás echéis a faltar una cosa. No me he quejado de nada hasta ahora y ¿por qué será? Simple, por que no puedo. Al fin y al cabo esto es una opinión personal, por tanto puedo afirmar que personalmente este es un juego perfecto, al menos a mi gusto. Como último comentario, añadiré que no es indispensable pasarse juegos anteriores para entender este, pero nunca está de más para poder sumergirse con más facilidad en este mundo.

Calificación personal: 10/10

Saludos, Aggalem.